En una realidad con un entorno de grandes cambios en transformación digital; aceptar el cambio e identificar los beneficios financieros derivados de un plan estratégico, es obligatorio, especialmente para los grandes ejecutivos.
Según el estudio Business Impact Insights, realizado por CI&T, ocho de cada diez ejecutivos de grandes empresas consideran la transformación digital un factor de impacto en el desempeño de la empresa y el (44,2%) de los ejecutivos de nivel C considera la pérdida de clientes como el principal impacto negativo de no implementar esta transformación. La pérdida de competitividad (43%) y eficiencia operativa (41%) son otros puntos importantes. Esta conclusión refleja la conciencia de la necesidad urgente de implementar iniciativas de transformación digital.
A medida que las organizaciones continúan adaptándose a nuevos cambios, ¿cómo se puede hacer esta transformación sin perder eficiencia?
1. El mito del líder “que no se equivoca”
El liderazgo es el segundo desafío más importante para la adopción de la agilidad empresarial que enfrentan la mayoría de las organizaciones. Estudios sugieren que un líder con la mentalidad correcta y con apoyo, podrán marcan la pauta para toda la organización. Además de asumir errores, el líder C-Level debe de estar abierto a la posibilidad de eventuales fallas, por su parte y la del equipo.
Esto no significa que el error deba ser trivializado, sino que debe ser visto como parte del proceso de aprendizaje. Reconocer que los líderes deben esforzarse por ser conscientes de su estilo de liderazgo y asegurar en comunicar una visión clara, mientras actúan de una manera que es consistente con los objetivos y métodos establecidos en el camino de la transformación.
2. Cultura de la organización
Implantar y fomentar una cultura más horizontal y plural es otro punto fundamental para el inicio de esta transformación. El cambio de actitud debe venir de los gerentes, quienes tienen el importante papel de difundir esta cultura dentro de la corporación. Cada uno debe tener presente su propósito y el de la organización, para que se produzcan los resultados esperados.
Según un estudio de Spencer Stuart, para los líderes empresariales de América Latina, la cultura representa un activo en su organización. Además, el (93%) de los ejecutivos encuestados en el estudio respondieron creer que existe una relación clara entre cultura y estrategia, y la mayoría ven la cultura de su organización como una fuente de ventaja competitiva
3. Agilidad operativa
La agilidad es un catalizador para reconfigurar la estrategia digital de las organizaciones, ya que fomenta una cultura de cambio y acelera la innovación. Por lo tanto, es un método que no debe aplicarse no solo al área de TI, sino a la organización en su conjunto.
El principal desafío para la adopción de la agilidad operativa de acuerdo a Business Agility en 2021, es la resistencia al cambio dentro de la organización. Si bien los líderes del cambio adoptan un plan, su implementación es resistida debido al cambio significativo en la forma de trabajar que representa una inadecuada estructura organizacional.
4. RSE
Este es el acrónimo de “Responsabilidad social empresarial” que corresponde a la influencia que aportan las empresas en su entorno, respetando los temas sociales, económicos y ambientales. Es cada vez más valorado en el mercado, por lo que es fundamental que las empresas, de todos los tamaños y segmentos, busquen adaptarse a los parámetros de este concepto.
De acuerdo con las predicciones de Salesforce sobre el futuro del trabajo, actualmente, la mayoría de las personas considera que las empresas deben reinvertir en la comunidad. En el pasado, los clientes no esperaban más de las empresas que la creación de empleos y riqueza pero, ahora, demandan que las corporaciones desempeñen un papel activo sobre cuestiones sociales, como la diversidad, la equidad y la sostenibilidad.
Vivimos en una nueva era, donde las necesidades son diferentes y las “viejas recetas” ya no tienen el mismo efecto que antes. Por lo tanto, todos, sin excepción, C-Levels o no, deben involucrarse y comprometerse con la transformación.